La situación que vivimos en la actualidad por el virus Covid-19 ha llegado a causar miedo entre las personas. Miles remedios con cualidades preventivas han salido a la luz y sus ventas han escalado hasta agotar existencias: alimentos, hierbas, tés, vitaminas, enjuagues bucales, y muchos más. Sin embargo, les traigo buenas noticias, existe un remedio que no depende de ningún proveedor, siempre lo tenemos a nuestro alcance y no tiene precio: el sueño.
Existe una relación bidireccional entre el sistema inmunológico y el sueño. Cuando tenemos un sueño deficiente, ya sea por un trastorno del sueño o por malos hábitos, nuestro sistema inmune se debilita y nos volvemos mucho más vulnerables a contraer enfermedades, esto sucede por varios mecanismos.
Por un lado, un sueño deficiente contribuye a la activación del sistema de estrés agudo, en el cual, además de otros procesos, se libera cortisol. El cortisol es una hormona que utiliza el sistema inmune y su función fundamental es antiinflamatoria. Sin embargo, cuando se eleva de manera crónica (como sucede cuando dormimos mal por largos periodos de tiempo) hace que el sistema inmune adquiera una especie de resistencia a sus efectos y por el contrario, la integridad del sistema inmune se ve comprometida.
Por otro lado, las citocinas juegan un papel importante, estas son un tipo de proteínas muy pequeñas secretadas por células del sistema inmune. Cada una se encarga de mandar distintas señales, algunas con funciones proinflamatorias, otras antiinflamatorias. En conjunto, organizan la respuesta inmune ante patógenos como virus y bacterias. En investigaciones, se ha encontrado que la deprivación de sueño eleva numerosas citocinas proinflamatorias, es decir, que contribuyen a perpetuar los procesos inflamatorios. Esto significa que, ante un proceso infeccioso, la falta de sueño contribuye a que el proceso de recuperación sea más lento.
Asimismo, se ha encontrado que las citocinas encargadas de funciones antiinflamatorias provocan somnolencia como un efecto colateral. Por esta razón frecuentemente, al enfermamos tenemos más ganas de dormir que lo normal. Este sueño restaurador tiende a tener largas etapas de sueño profundo ya que, durante esta etapa, se producen y secretan aún más citocinas que ayudan a regular el proceso inflamatorio. La siguiente vez que te encuentres con sueño por estar enfermo, escucha a tu cuerpo, él necesita recuperarse y descansar. Duerme y te recuperarás más rápidamente.
Sin duda alguna, dormir es medicinal. Si tú o algún ser querido tuyo se encuentra bajo un proceso infeccioso, sin importar cuál sea, recuérdale de la importancia de dormir para su pronta recuperación. Asimismo, para la prevención de enfermedades asegúrate tener un sano descanso todos los días. Ahora más que nunca, es momento de cuidar nuestro bienestar y el de los que nos rodean.
¡A dormir!
Dra. Lucía Guerrero
Referencias:
Besedovsky, L., Lange, T., & Born, J. (2012). Sleep and immune function. Pflugers Archiv : European journal of physiology, 463(1), 121–137. https://doi.org/10.1007/s00424-011-1044-0
1 comentario
Excelente, sin duda aportación que requiere ser aprovechada, favoreciendo la calidad de vida y ponerlo en practica
Accesible, sustentado y con elementos claros