La apnea del sueño en niños ocurre cuando la respiración se interrumpe durante el descanso nocturno. Esto altera la calidad del descanso, lo cual puede impactar en su crecimiento, aprendizaje y comportamiento; pero una detección temprana del trastorno (por ejemplo, mediante una polisomnografía para diagnosticar la apnea del sueño) va a favorecer la salud, al igual que el rendimiento diario.
En el presente blog, analizaremos qué medidas es posible tomar para combatir la afección y garantizar que tus hijos vuelvan a dormir tranquilos otra vez. Cada uno de los párrafos incluye datos valiosos y desarrollados de una manera accesible con el propósito de que no genere confusión, sino un entendimiento profundo sobre el tema.
Síntomas de la apnea infantil
Somnolencia en el día
En los adultos, la somnolencia excesiva durante el día es algo común, pero en los niños se presenta con menos frecuencia; de hecho, no hacen evidente su cansancio, sino que lo reflejan en su comportamiento, cosa que llega a generar dudas sobre el problema que enfrentan.
Debido a que su descanso se ve interrumpido por los episodios de apnea, la falta de un sueño reparador acaba por perjudicar su rendimiento diario y limita su capacidad para concentrarse o hacer cosas que requieren esfuerzo mental.
Es indispensable que tanto padres, como educadores, estén atentos a señales los cambios en su actitud, ya que podrían indicar un sueño deficiente. En caso de notar alguna anomalía, lo recomendable es consultar a un especialista en sueño infantil para una evaluación apropiada.
Enuresis
La enuresis, también conocida como el acto de “mojar la cama”, se asocia con la apnea debido a que, durante las pausas respiratorias, el cuerpo experimenta estrés, mismo que altera los mecanismos que regulan la producción de orina; el fenómeno, al combinarse con las interrupciones del descanso profundo, dificulta que el niño despierte al sentir la necesidad de orinar.
A pesar de que la enuresis deriva en diferentes causas, si se presenta junto a otros síntomas, entonces lo ideal es que se lleve al menor con un doctor.

Pesadillas nocturnas
Cuando el sueño se fragmenta debido a la apnea, el cerebro puede quedar en un estado de alerta, contribuyendo así a la aparición de pesadillas que, además de impactar al niño, también acaban por generar preocupación en los padres al no entender el origen de la situación.
Si se vuelven recurrentes y se observan junto con otros indicativos relacionados con la apnea, es probable que el menor no esté descansando como debería. Hay que recordar que un sueño inadecuado afecta la capacidad del niño para enfrentarse al día siguiente, por lo que su rendimiento escolar, su energía y su estado de ánimo, se verán comprometidos.
Ronquidos frecuentes
Este sonido es más que un simple inconveniente: refleja una interrupción en el flujo normal de aire. A diferencia de los ronquidos esporádicos por resfriados o alergias, los habituales, acompañados de pausas en la respiración, suelen ser un signo de la apnea del sueño.
Algo valioso a destacar, es que aquellos que son frecuentes, no siempre son ruidosos; en algunos casos, el niño puede emitir sonidos suaves y constantes que también podrían estar asociados con un flujo de aire limitado.
Los expertos aconsejan mantener al niño bajo supervisión y detectar patrones adicionales, como respiración agitada, pausas prolongadas o cambios en la postura para facilitar la respiración durante la noche.
Por supuesto, no todos los infantes que roncan tienen apnea del sueño. El ronquido persistente, en combinación con otros síntomas como los que estamos desarrollando en el blog, señalan la necesidad de atención profesional.
Problemas de conducta
Es común que los niños con apnea del sueño presenten irritabilidad, impulsividad y dificultades para concentrarse, aunque pueden confundirse con trastornos como el déficit de atención e hiperactividad (TDAH), llevando a diagnósticos incorrectos y tratamientos erróneos.
Tanto la disminución de los niveles de oxígeno en el cerebro durante la noche y la fragmentación del sueño, impactan en el desarrollo neurológico y emocional del menor, así que, por ningún motivo, se debe tomar a la ligera ninguna de estas actitudes.
Dificultades para respirar
Durante el sueño, los músculos que mantienen abierta la garganta se relajan y, en algunos infantes, dicha relajación genera un estrechamiento o bloqueo de las vías respiratorias que complica la respiración normal.
Es probable que las interrupciones duren varios segundos y ocurran de modo repetitivo a lo largo de la noche, impidiendo que el niño alcance un sueño profundo. Ni bien se tenga la primera sospecha de que padece apnea del sueño, se debe acudir a consulta.
Agitación antes de dormir
Los niños pueden mostrar inquietud y resistencia al momento de acostarse, ya que asocian el sueño con experiencias incómodas, es por ello que, como padre o madre, lo recomendable es que acompañes a tu hijo y analices con cuidado todas y cada una de las reacciones que presenta cuando de dormir se trata.
Otros síntomas
Algunos a subrayar son, por ejemplo, la respiración bucal durante el sueño, que deriva en despertares frecuentes y sequedad en la boca. Por su parte, el bruxismo, o rechinamiento dental, también se ha asociado con este trastorno, contribuyendo al desgaste dental y molestias mandibulares.
Tratamientos de la apnea del sueño en niños
Cambios en el estilo de vida
La implementación de estos hábitos bajo la supervisión de profesionales, mejorará los síntomas de la apnea del sueño y contribuirá al desarrollo óptimo de los niños:
- Control del peso corporal: El sobrepeso puede contribuir a la obstrucción de las vías respiratorias durante el sueño, así que adoptar una dieta equilibrada y practicar ejercicio con regularidad, ayudarán a que el infante mantenga un peso saludable.
- Establecimiento de rutinas de sueño: Crear horarios consistentes para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana, regula el reloj biológico del niño y eleva la calidad del sueño. Un ambiente de descanso tranquilo, oscuro y fresco, libre de distracciones como dispositivos electrónicos, igualmente fomenta un sueño reparador.
- Posicionamiento al dormir: Indicarle al menor que duerma de lado en lugar de bocarriba, es una medida capaz de prevenir el colapso de las vías respiratorias. El uso de almohadas especiales o dispositivos que eviten la posición supina puede ser beneficioso en este aspecto.
- Evitar sustancias que afecten el sueño: Aunque menos común en niños, es importante limitar la exposición a la cafeína presente en algunas bebidas y alimentos.
Uso de dispositivos CPAP para ayudar con la respiración
La apnea del sueño en niños puede tratarse con dispositivos CPAP, una terapia mediante la cual se suministra aire a presión constante a través de una mascarilla durante el sueño con el fin de mantener las vías respiratorias abiertas y que la respiración sea normal.
Resulta especialmente útil en casos donde la cirugía no es viable o no ha resuelto del todo el problema. Aunque algunos niños quizá requieran tiempo para adaptarse, una correcta implementación dará resultados positivos.
Soluciones del Sueño tiene en existencia equipos CPAP de calidad para apoyar a tu hijo en su experiencia contra la apnea. No dudes en solicitar asesoría si tienes alguna duda sobre los productos del catálogo.
Cirugía para remover las amígdalas o adenoides
De forma constante, la apnea del sueño en niños se relaciona con el agrandamiento de las amígdalas, lo que obstruye las vías respiratorias superiores durante el descanso. En tales casos, la amigdalectomía y la adenoidectomía son soluciones viables e intervenciones comunes en pediatría
La amigdalectomía consiste en la extracción de las amígdalas, mientras que la adenoidectomía se enfoca en la remoción de las adenoides: ambas se realizan bajo anestesia general y, no requieren hospitalización prolongada.
A pesar de que la eliminación de las amígdalas es capaz de mejorar los síntomas de la apnea del sueño en niños, su eficacia varía según factores individuales, como la presencia de otras enfermedades o el grado de obesidad, por ello, se requiere una evaluación médica integral para determinar la idoneidad de la cirugía en cada caso.
Ahora bien, en caso de que se realice, al concluirla, es usual que los niños experimenten dolor de garganta y dificultades para tragar; normalmente la recuperación dura entre una y dos semanas, y durante estas, se recomienda una dieta blanda y buena hidratación, además de un seguimiento médico que monitoree la recuperación y evalúe la efectividad del tratamiento.
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El descanso nocturno es vital para que los niños recarguen energías, y, ante la presencia de trastornos como la apnea del sueño, la principal prioridad siempre debe ser el bienestar de tu hijo, la búsqueda de soluciones y ser consciente de cómo la afección perjudica cada aspecto de su desarrollo emocional y cognitivo.
Una vez más, insistimos en la creación de una base sólida de apoyo durante el proceso con el objetivo de que sea más ameno para todos los involucrados. A través de la observación, la acción informada y el compromiso con su salud, el éxito está asegurado.